La historia secreta de la conquista y la de
la primera fundación de Buenos Aires y la
de Asunción del Paraguay, pero también
la de Ulrico Schmidl, primer cronista
del Río de la Plata, y la de todos
los hechos de su singular
existencia, conocidos
o por conocer.
En el año 1535, una flota española, comandada por Don Pedro de Mendoza, zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda rumbo al Río de la Plata. A esa expedición, que iniciaría el período colonial de una vasta región sudamericana, se debe la primera fundación de Buenos Aires y la de Asunción del Paraguay.
En una de aquellas naves viajaba un soldado alemán, Ulrico Schmidl, quien no sólo sería un activo protagonista de ese proceso y uno de sus escasos sobrevivientes, sino el único que sabría aprovechar ese raro privilegio y, además, contarlo. Este trabajo que narra su vida, no es, sin embargo, su biografía, aun cuando el hilo conductor sobre el que se sostiene no sea otro que el de la verdadera Historia. El hambre y los infortunios de Buenos Aires, las exuberantes noches de amor en Asunción, las maravillas del Renacimiento y las temibles condiciones de vida a bordo de aquellos barcos son el telón de fondo sobre el que discurre la afortunada existencia de Ulrico.
Hasta mediados del siglo XV los libros eran totalmente hechos a mano. Su cuidadosa elaboración requería muchas jornadas de trabajo y se caracterizaban por estar íntegramente concebidos como obras de arte. En Ulrico. La historia secreta de la conquista (publicado por primera vez en 1987 y devenido hoy en clásico), Carlos Schlaen ha recreado la magia de ornamentar los libros a la manera de aquellos manuscritos iluminados. Pleno de humor, este trabajo narra, a su manera, la vida de Ulrico Schmidl, integrante de la expedición que fundara la primera ciudad de Buenos Aires y autor de la primera crónica de la controvertida conquista del Río de la Plata.
Sin embargo, ésta no es su biografía, al menos no en el sentido tradicional. Los hechos que aquí se narran son una versión libre de episodios reales, en algunos casos, o imaginarios, en otros, aun cuando el hilo conductor sobre el que se sostienen no sea otro que el de la historia, verdadera protagonista de este libro.
Será el lector el que juzgue lo que sea ha logrado con este repetido empeño por hacer que la fantasía supere a la siempre sorprendente realidad.
Más que la historia importa el placer de contarla y, más que las generalidades, importan los detalles.
Se trata de un disfrute total. Hay que leer y mirar, no una sino varias veces, no importa cuántas; detenerse en cada delicada viñeta, en cada trazo de humor... el humor no está nunca ausente.
Perfecta homogeneidad en el lenguaje: calmo, levemente arcaico, irónico sin llegar al grotesco. El dibujo hace una encantadora representación de la metáfora. El protagonista de esta obra es el lenguaje: de cada personaje y de cada secuencia del relato importa en primer lugar la forma en que están narrados, ya sea a través del dibujo o del texto. No es ocioso insistir en esto, pues es lo que marca la diferencia entre un relato meramente informativo y una obra de arte
Alicia Steimberg
Ilustrado a modo de los primeros ejemplares impresos, sus iniciales ornamentadas y sus recargadas viñetas y bordes son adaptaciones de los mismos diseños que los grandes maestros renacentistas concibieron para aquellas ediciones, con el agregado actual de una variante humorística en la presunción de que ellos, en su infinita sabiduría, se resignarían a tolerarla con benevolencia.
Carlos Schlaen (1946-2012) es autor de dos libros humorísticos de ficción histórica: el presente y Orllie, la viva imagen del rey de la Patagonia, y de varias novelas policiales para jóvenes, como La venganza del pirata, Un medallón para Osiris, El caso del cantante de rock y El caso de la modelo y los lentes de Elvis, que le valió el Primer Premio Fantasia 1999. Además, ha incursionado en el género de terror con El tercer conjuro. Ha ilustrado todos sus libros y otros, entre los que se destacan los trece tomos de Una Historia Argentina.
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